La producción de viveros en contenedores es una tendencia mundial creciente que en nuestra zona se viene intensificando desde la necesidad de producir cítricos bajo cubierta. Para concretarla, es necesario contar con sustratos adecuados. La Cámara de Viveristas presentó un proyecto que fue elegido y ya cuenta con maquinaria financiada parcialmente en el marco de los “Fondos de gestión ambiental y sustentable”.
El problema ambiental que supone la actividad extractiva del pan de tierra con las plantas cuando se venden, es algo que se observa desde hace tiempo en nuestra zona. La producción en contenedores resulta no sólo una mejor opción para ampliar el período de comercialización y la producción bajo cubierta, sino también para superar esta limitante en los recursos naturales.
Por ello, entre las líneas de acción de la Cámara de Viveristas, en 2018 se presentó un proyecto para la adquisición de una pala para la preparación de sustratos a bajo costo. El proyecto fue aprobado, y supuso el 60% en aportes no reembolsables de una maquinaria que permite la remoción del sustrato en el proceso de estabilización y el 40% restante se financió a través de microcréditos gestionados por la Fundación ArgenINTA.
En estos últimos años tanto los productores como los organismos de ciencia y técnica han buscado y evaluado alternativas para el reemplazo de los sustratos que compran afuera. En 2017 se inició la prueba del compostaje de residuos agrícolas e industriales para ser utilizados como componente de los sustratos para la producción de plantas en maceta. Desde entonces se han realizados varias pruebas con muy buenos resultados para aprender sobre el manejo de las pilas, y a fines de 2018 se recibió la noticia de la aprobación del proyecto, de manera que en enero se logró adquirir la pala que facilitará el manejo de grandes cantidades de compost.
Como otros logros de los viveristas en los últimos tiempos, están vinculados al Clúster Florícola de AMBA y San Pedro que acompañan el INTA y el Cambio Rural. El proyecto fue aprobado y financiado por DIPROSE (Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales) a través de los Fondos de Gestión Ambiental Sustentable.